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3 de Julio
El aborto espontáneo es un tema del que se habla poco pero pasa mucho, por eso, hoy queremos conversar sobre él y así contirubuir a quitar un poco el estigma y el tabú que lo rodean.
Un aborto espontáneo es la pérdida inesperada de un bebé antes de la semana número 20 de gestación, y es algo mucho más común de lo que puedas llegar a imaginar. Se tiene registro de que entre un 10% y un 20% de los embarazos terminan en aborto espontáneo, pero este número puede ser mucho mayor ya que el aborto espontáneo puede ocurrir incluso antes de que la mujer sepa de su embarazo.
La mayoría de abortos espontáneos ocurren debido a problemas con los genes o con los cromosomas, ya sea la falta o exceso de estos. Estos problemas ocurren de manera aleatoria mientras el embrión está creciendo, no es un problema hereditario ni causado por acciones externas, simplemente es algo que ocurre al azar y no hay manera de controlarlo.
Factores como trabajar, hacer ejercicio o tener relaciones sexuales NO son causantes de un aborto espóntaneo, por lo que si estás pasando por esta situación lo primero es evitar la culpa y lo segundo es que busques soporte emocional para trabajar diferentes aspectos como tu ánimo, emociones y duelo.
Algunas señales que te pueden alertar sobre un aborto espontáneo son:
Sangrado vaginal.
Cólicos en la parte baja del abdomen.
Dolor o calambres en la región lumbar.
Líquido o tejido fuera de la común que sale de la vagina.
Debes consultar con tu ginecólogo en el momento exacto que sospeches que algo anda mal. No tienes que experimentar todos los síntomas mencionados anteriormente para saber que estás pasando por un aborto espontáneo, a veces ese se manifiesta con solo una o dos señales, y cuanto más rápido vayas al ginecólogo, mejor será para ti y tu salud.
Más allá de los datos y conocer los síntomas, queremos enseñarte cómo se vive realmente la pérdida de un bebé durante la gestación, por eso, dos mujeres nos abrieron las puertas de sus vidas y sus corazones para contarnos sus experiencias. Y también te dejamos la historia de dos figuras públicas; el perfil en instagram de una influencer mexicana que pasó hace poco por la pérdida de sus mellizos y ha compartido todo su proceso en sus redes y una de las figuras más reconocidas, Michelle Obama.
En octubre de 2019, en una cita con mi ginecólogo, el diagnóstico después de una ecografía, arrojó la posibilidad de perder mi trompa derecha. El día de la cirugía, el médico logró salvarla y el diagnóstico final fue una endometriosis y solo a los pocos meses quedé en embarazo de un bebé absolutamente soñado.
El embarazo iba normal hasta que en la semana 6 tuve un sangrado, e inmediatamente llegó a mi mente la frase del médico que decía: “de lo único que debes estar pendiente es de no tener un sangrado”. Fuimos a urgencias y la ginecóloga de turno me hizo un tacto, el guante salió lleno de sangre y yo no podía parar de llorar, el paso siguiente fue hacerme una ecografía en donde nos dijo: “no se preocupen, esto que se oye es el corazón de su bebé, tienen un sangrado pero todo está bien”.
Nos sentimos tranquilos, felices y con esperanza, y a las dos semanas tuvimos una revisión en donde nuevamente oímos el corazón, lo cual nos reafirmó esa tranquilidad. Sin embargo, y a pesar de la progesterona, nunca paré de sangrar, era muy leve, pero diario. Esa ecografía fue un miércoles y empezamos a preparar todo para darle la noticia a las familias ese fin de semana, queríamos que fuera algo muy especial. Pero justo a los 2 días, el viernes, fui a la clínica a que me revisaran porque creía que tenía una infección urinaria, mi médico no estaba y me atendió otro ginecólogo. Fui sola porque solo esperaba que me recetara algo para esa molestia.
El médico me dijo que me iba a revisar nuevamente con una ecografía y cuando empezó inmediatamente vi su cara, muy serio y sin mirarme me dijo: “lo siento mucho, no hay latido”., que el resultado estaba errado. Él nuevamente me revisó y confirmó: “efectivamente no hay latido, no hay actividad fetal”.
De ahí vienen muchas cosas: cómo contarle a mi esposo que había insistido en acompañarme a esa cita y le dije que no, contarle a las familias lo que en un principio iba a ser una bonita sorpresa, y sobretodo, asumir y entender que no era mi momento de ser mamá, que la vida se estaba llevando un bebé de 8 semanas, para entregarme un aprendizaje que obviamente en ese momento por tanto dolor no logré entender.
Solo hoy, que nuevamente pude quedar en embarazo y ser mamá, puedo entender que los tiempos son absolutamente perfectos, que una pérdida es más común de lo que pensamos, pero que jamás dejará de ser dolorosa, y que ese duelo no debería vivirse solo. La red de apoyo a tu alrededor es absolutamente fundamental para alivianar un poco esa tristeza tan infinita que sientes, sobre todo cuando la gente te dice cosas como: “solo tenías 8 semanas”, “ni siquiera sabías el sexo”, “eso es super normal, no te aburras”, “Estaba muy chiquito, todavía no era un bebé”.
Solo una mamá que ha tenido una pérdida sabe lo que es enfrentarse a eso porque independientemente de las semanas, siempre va a ser tu hijo, tu bebé, tu luz en el cielo, tu sueño.
¡Hola! Soy Estefanía, y estoy próxima a cumplir mis 30 años... Desde muy joven anhelaba ser mamá, a mis 22 años tuve mi primer embarazo, me di cuenta que esperaba bebé a las 4 semanas de gestación. Fue una felicidad inmensa, por fin mi sueño se hacía realidad, quería verme con pancita, sentir sus pataditas... Era una emoción inmensa cuando tenía ecografías porque veía ese ser que llevaba dentro de mí. En la semana 22+3 tuve la ecografía para conocer su sexo, la noche anterior no dormí, tenía mucha ansiedad, la cita era a las 11 am y desde las 8 estaba lista.
Llegué al consultorio en compañía de mi mamá, mi corazón palpitaba a mil, me puse la bata, me tiré a la camilla y empezó el ecógrafo a revisar. Mientras su mano estaba encima de mi pancita empezó a hacerme muchas preguntas que no entendía por qué. Hubo un silencio de cortos minutos, miró a mi mamá y luego a mí y me dijo: lleva una semana muertx. El mundo se me vino encima, le dije que volviera a mirar, lloraba desesperada, yo no lo podía creer. Le dio instrucciones a mi mamá del paso a seguir y salí con mi alma destrozada, me miraba mi pancita y no podía creer que al día siguiente ya no la tendría, pues me tenían que inducir el parto porque mi vida corría peligro.
En el hospital en sala de maternidad, me introdujeron unas pastillas que me ayudaban a dilatar para entrar en trabajo de parto, SÍ, tuve un parto natural, vi mi bebé y me di cuenta que era una niña, estaba completica y su nombre fue Mariangel porque fue necesario ponerle nombre para el acta de defunción. Llegué a casa y mi hermano ya había guardado las pocas cosas que tenía para mi bebé, tuve una dieta pero sin bebé, fue muy doloroso ver qué al día siguiente el alimento empezaba a salir, verme sin mi pancita que tanto amaba y dejar de sentir sus movimientos. En ese proceso post parto, Dios y mi familia fueron la clave y el aliciente para no decaer y para seguir mi vida pensando que algún día Dios me daría el privilegio de ser mamá.
A los dos años intenté de nuevo, no quería darme por vencida y empecé a buscar bebé. En cuestión de 4 meses ya estaba en embarazo, me enteré a las 3+2 semanas de gestación, nuevamente sentí esa inmensa felicidad y a la vez ese temor por mi experiencia anterior. A los 3 días de enterarme empecé a sangrar, corrí al hospital y al hacerme ecografía se dieron cuenta que la bolsa ya estaba vacía... Se repite la historia, médicos van, médicos vienen, sala de cirugía, nuevamente legrado y nuevamente la ilusión se perdió. Fue duro, pero siempre estuvo el apoyo de mi familia y las oraciones. Yo le pedía a Dios con lágrimas en mis ojos que me diera la oportunidad de ser mamá.
Pasaron 2 años y como dice una frase que me marcó "deséalo tanto, que el universo (DIOS) no tenga más remedio que dártelo". Empecé nuevamente mi búsqueda, fueron meses de citas y exámenes y a los 5 meses logré quedar en embarazo. Dios, la tercera es la vencida, era la frase que siempre ponía en mis oraciones. Me enteré a las 4+3 semanas, embarazo de alto riesgo por antecedentes de pérdida… Empieza la zozobra, cada día que me levantaba oraba y encomendaba a Dios a mí hijo, visitaba semanalmente la iglesia de la Purísima Concepción para pedir por mi bebé.
Cuando se llegaban los días de ecografías (que eran más de las que se tienen en un embarazo normal) empezaba en mí la ansiedad.1, 2,... 6,7 ecografías... Semana 30 (7 meses) y todo de maravilla. Ecografía #8 ¡ES UN VARÓN! Baby shower! Todos los días miraba el calendario, quería que esas semanas restantes se fueran volando. En el transcurso de esas semanas llegó el nombre: Mateo, que significa don de Dios o regalo de Dios, un nombre muy merecido.
En la semana 39+3 Mateo ya quería estar con nosotros, fueron dos días en trabajo de parto... Dios mío qué cosa más dura, pero soportaba lo que fuera con tal de ver pronto esa carita. 01/02/2019 2:59 pm escuché su llanto, miré sus ojos y él me estaba mirando fijamente… DIOS, conocí el amor más puro y hermoso que podemos tener las mujeres, es una sensación indescriptible, me sentí la mujer más fuerte del mundo entero. Mi familia se coló en el hospital y cuando salí para la habitación teníamos 7 personas esperándonos con ansias cuando en el hospital solo dejaban 2, y sí, regresé a casa con mi regalo de Dios.
¡LA TERCERA FUE LA VENCIDA!
Hoy día tras día doy gracias a Dios por permitirme ser Madre, por permitirme tener este hombrecito que ya tiene 3 años y que es mi motor y el amor de mi vida, doy gracias por mi familia porque siempre ha sido mi apoyo incondicional y porque están en mis peores y mejores momentos.
Seguramente has escuchado a Michelle Obama, quién además de haber sido primera dama de Estados Unidos es una gran abogada y escritora. En al año 2018 lanzó su libro más popular titulado “Becoming” o en español “Mi Historia” en el que, entre muchos otros temas, habló sobre sus problemas de fertilidad y el aborto espontáneo que sufrió, diciendo que fue un proceso solitario, doloroso y desmoralizante.
Este sin duda fue un punto de quiebre para muchas mujeres que pasaron por la misma situación, pues les dio la oportunidad de hablar de un tema que implícitamente estaba silenciado. Incluso personas de la comunidad médica como Helen L. Coons, psicóloga especializada en salud conductual de la Universidad de Colorado, agradecieron que mujeres con tanta relevancia pusieran el tema sobre la mesa.
También tenemos la historia de Pao Poulain, una reconocida influencer mexicana que se dedica a compartir su vida a través de las redes sociales, puede que no hayas escuchado su nombre pero sí el de su cuñada, Yuya. Pao estuvo compartiendo todo el proceso de su embarazo y ahora que atravesó esta gran pérdida está compartiendo su proceso de duelo, por lo que leerla a ella también puede ser un gran respaldo si estás atravesando una situación similar.
Sabemos que a pesar de ser un acontecimiento tan frecuente, esto no es consuelo para ninguna madre que haya perdido a su bebė, pues cada pérdida es diferente y las madres en esta situación son mucho más que una estadística, son un universo de emociones y sentimientos.
No hay una manera correcta de afrontar el duelo, porque el dolor para cada persona es diferente, pero te podemos dar algunos consejos para que sea más llevadero. Lo primero es que no te guardes nada, si necesitas llorar, llora, si necesitas gritar, grita, si necesitas hablar mil veces de lo que estás sintiendo, hazlo con tu círculo cercano, con tu psicólogo o en un grupo de apoyo.
También es importante que no te culpes en ningún momento por lo que pasó, pues como lo mencionamos antes, este es un evento fortuito en el que no se puede hacer nada para prevenirlo. Una vez hayan pasado los días o las semanas más difíciles, empieza a expresar tu dolor de otras maneras y a transformarlo en energía creadora. Puedes pintar, escribir, bordar o cualquier actividad que le dé tranquilidad y distracción a tu mente.
Cuando te sientas lista, puedes empezar a hablarlo con personas externas a tu círculo cercano. Muchas mujeres han pasado por esto y seguramente el hecho de conocer tu historia y otras más, las haga sentir menos solas en su dolor, e igualmente te puede pasar a ti escuchando otras historias. Juntas siempre seremos más fuertes, y pasar por esto no te hace inferior de ninguna manera.
Si tu sueño es ser madre, un aborto espontáneo no debe separarte de ese deseo. Puedes seguir intentando quedar embarazada como lo hicieron las dos mujeres que nos compartieron sus testimonios y al final llevaron a cabo dos sanos y hermosos embarazos, valorando mucho más esa vida que crearon después de la pérdida.
Si definitivamente tienes problemas para quedar en embarazo, puedes intentar con uno de los muchos tratamientos de fertilidad que existen actualmente, e incluso puedes considerar la adopción, porque la maternidad más que en el vientre, se lleva en el corazón.
Nosotras está contigo, y si necesitas hablar con una psicóloga, tienes a tu disposición un consultorio virtual en el que lo puedes hacer, este es un proceso por el que no debes estar sola.
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