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El 8 de marzo se conmemora en todo el planeta el Día Internacional de la Mujer. Ahora, si me lo preguntas, pareciera ser una fecha carente de sentido o significado, pero por suerte, no lo es. Durante muchísimos años, hombres y mujeres hemos generado debates en relación a los derechos y lejos de ubicarnos en lados opuestos, se trata de consensuar y llegar a acuerdos que permitan que tengamos un acceso justo y equitativo unos y otros.

Celebro que esta fecha visibilice la capacidad de ponernos de pie, votar, ocupar cargos políticos, llegar a las universidades, recibir premios en distintas áreas y por supuesto, tener mil roles en simultáneo: mujer, madre, esposa, novia, amiga, confidente, enfermera y psicóloga al mismo tiempo, todo en una.

¡Nosotras somos maravillosas!

¿Qué significa hoy, en 2022 ser mujer? ¿Qué implicancias tiene para nosotras esta reivindicación de los derechos y de la capacidad de poner voz y voto a nuestro deseo? ¿Es una moda pasajera, hablar de clítoris, deseo y #modoerótico?

Hasta hace no mucho tiempo atrás, unos 70 años, las mujeres de muchos países de América Latina, no podían votar, ni tenían derecho a ocupar cargos políticos. ¿Sabes qué implica esto? El deseo, la voz femenina acallada, silenciada y censurada. Imagínate si no podíamos ejercer un derecho civil al igual que nuestros pares, ¿qué pasaría con la sexualidad femenina a mediados de 1950? Sí, pensaste acertadamente: la sexualidad femenina fue silenciada, acallada, reprimida…anestesiada.

Seguimos repitiendo hoy viejos mandatos, paradigmas en desuso pero que, misteriosamente, siguen vigentes. Por ejemplo, a inicios de 1900, Sigmund Freud decía que aquellas mujeres que no tenían orgasmos por penetración en la vagina, eran inmaduras sexualmente, y que sólo a través del coito se podría obtener placer para la mujer.

Un poco pasado de moda, ¿no? sin embargo al día de hoy sigo recibiendo en mi consultorio a cientos de mujeres angustiadas que al borde de las lágrimas ruegan la fórmula mágica para tener orgasmos por penetración con un pene. En la mínima indagación, surge que nunca jamás se tocaron, ni se exploraron, ni descubrieron placer de ninguna manera autodidacta.

Me sigue haciendo ruido una y otra vez la misma pregunta ¿por qué esperamos que un hombre nos dé placer, un placer al que nosotras mismas no nos atrevemos a atravesar? ¿Por qué al día de hoy seguimos esperando que, como dijo Freud hace 120 años atrás, nuestra madurez sexual esté dada únicamente por el coito. Nuestro principal órgano del placer no está en nuestras piernas, por el contrario…está en nuestra cabeza.

El cerebro es el encargado de generar en nosotras esa conexión que necesitamos para poder habilitarnos pensamientos sensuales, eróticos, animarnos a la autoexploración y al descubrimiento de las sensaciones que nos llevarán a los límites inexplorados de nuestro propio placer. Pero es entendible, los mandatos, una sociedad conservadora, la falta de educación sexual, la poca pedagogía del placer que tenemos disponible…generan mucho miedo y que sigamos creyendo en viejos marcos teóricos de años atrás.

No, el placer de la mujer no está dado únicamente por la penetración. No, no tenemos -presta atención- solo orgasmos por penetración, sino por estimulación del clítoris. Claro, entiendo, Sigmund no sabía de esto…Pero Nosotras sí. Y sabiendo esto, podemos apropiarnos de nuestro propio placer.

Nunca me toqué, ¿cómo lo hago? Primero que todo: conéctate con fantasías, pensamientos e imágenes sensuales que te gusten y te enciendan. Dedícate un momento para ti, no hagas todo apurada ni con la única meta de tener un orgasmo, déjate llevar por la experiencia. Comienza tocando y acariciando toda tu vulva, reconoce sus partes, haz consciente cuál es tu forma y cuáles son sus pliegues.

Frota suavemente el clítoris de arriba hacia abajo o usa unas gotitas de lubricante al agua para una experiencia más húmeda y placentera. Acaricia de un lado al otro o da pequeños golpecitos, toda estimulación que generes te va a ir llevando a niveles más altos de placer. Busca la manera que más te guste, diviértete en el recorrido, se trata de una verdadera búsqueda del placer y qué mejor que hacerlo dedicándole tiempo y espacio.

Tip: ¿probaste con un sex toy? Si nunca usaste ninguno, te recomiendo una balita vibradora, son pequeñitas, versátiles y portátiles. Usala siempre de afuera hacia adentro, despacito, comienza en el modo más suave de vibración y recorre los labios de tu vulva de arriba hacia abajo, luego, cuando te sientas lista, posiciona la balita sobre el clítoris y disfruta de una verdadera experiencia. Para mayor placer, súmale un lubricante hidrosoluble…¡es como tocar el cielo con las manos!

Pero atención: no estás obligada a hacer algo que no quieras, simplemente es importante que tengas la información disponible para que luego puedas tomar una determinación al respecto, como en cualquier ámbito de la vida.

La masturbación permite que conozcas tus genitales, sepas cómo lograr mayor placer sexual y mejorar tu sexualidad en pareja, pero en definitiva, no masturbarse no te va a hacer daño, no te vas a enfermar ni tu sistema inmunológico se va a ver afectado por elegir no hacerlo: si es una decisión fundada en tu voluntad, entonces es tan respetable no hacerlo, del mismo modo que elegirlo.

Celebremos ser mujeres, celebremos celebrarnos, usemos este día para pensar: ¿Qué significa para mí ser mujer? ¿Cuánto conozco de mi cuerpo y del recorrido de mi propio placer? ¿Sé qué me gusta y sé cómo pedirlo? Date la oportunidad de sentirte bien contigo misma, date una oportunidad para sentirte mujer.

Lic. Mariana Kersz

Psicóloga y Sexóloga

@lic.marianakersz

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