¿Cómo cuidar mi salud mental? Una carta a mi yo del pasado

Una carta a mi yo del pasado

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Una carta a mi yo del pasado….

¿Por dónde comenzar?, desde hace rato he querido escribirte esta carta pero muchas cosas han pasado en los últimos años. Noo… todavía no han venido los aliens y el fin del mundo no ha llegado -aunque el 2020 sí que se sintió cerca-.

Seguro te preguntarás ¿Dónde estamos en este momento? ¿Somos felices? ¿Exitosas? ¿En qué estamos trabajando? ¿Tenemos familia? Te aseguro que la única respuesta que te puedo dar es… todo se encuentra bien.

Tal vez podría dejar la carta hasta ahí, pero sabes que siempre he sido un poco rebelde, y quiero pedirte un favor.

Quiero que vayas al espejo más cercano… Corre, ¡¿qué esperas?! ¿ya estás allí?, ¿Qué ves? Espero que estés viendo una sonrisa. Yo del pasado, ¡si te dijera que esto nos ha ayudado tanto!

¿Te acuerdas cuando nos despertábamos de mal humor, y ese día toooodo nos salía terrible? Se nos regaba el café en la camisa, nos pegábamos en el dedo chiquito contra la cama, nos dejaba el autobús. Un día leímos que, si nos forzábamos a sonreír, aunque no nos sintiéramos bien, esto nos iba a ayudar a sentirnos mejor, no lo creíamos, ¡pero es cierto!

Así que ahora que estás mirándote al espejo quiero que sonrías 3 veces, ¿por qué 3 y no 4? Confían en mí, después de todo, yo soy tú. ¿Te sientes mejor ahora?… Puede ser por la cara graciosa que estás haciendo, pero en realidad es que una sonrisa puede cambiar el mundo.

No estoy diciendo que es así de fácil… Oh no, te estoy resumiendo muchos meses de lágrimas, gritos, insomnio y de corazones rotos, pero un día dijimos ¡Ya basta! y aunque no ha sido sencillo, te voy a decir, ese momento nos cambió la vida.

Antes pensábamos que éramos La Cenicienta, esperando pacientemente que una hada madrina apareciera y nos solucionara la vida, ¡sorpresa! nosotras somos nuestra propia hada madrina. Igual de poderosas, talentosas y capaces, sin la parte de la magia... Desafortunadamente.

Me refiero a que somos las encargadas de hacer un cambio en nuestra vida, más no significa que estamos solas en ello, ¡para nada! Además de la familia, y los amigos que hemos conocido en el camino, te voy a decir un secreto ¿Qué sería de nosotras sin el apoyo de nuestra psicóloga?

Sí, antes nos encontrábamos dudosas en ir, pero nos dimos cuenta que no estábamos locas por pedir ayuda ¡para nada! Por el contrario, ojalá lo hubiéramos hecho mucho antes porque desde la primera cita, cambió nuestra vida.

Gracias a ella ahora sabemos reconocer y gestionar nuestras emociones, pues nos ayuda a ver las diferencias y descubrir realmente lo que estamos sintiendo. ¡Ya no más desconcierto, pensando que jamás se iba a acabar!

Ahora entendemos que la pubertad es una fase incierta y llena de cambios: en nuestro cuerpo, en nuestras actitudes, en la escuela, con nuestros padres y amigos. 

Es perfectamente normal sentirse agobiada por esto, es más, durante esta etapa 1 de cada 50 personas pueden sufrir un trastorno dismórfico, es decir, ¡ver imperfecciones en su cuerpo donde realmente no las hay! 

Esto puede acabar generando otras enfermedades como la ansiedad y la depresión. Debemos reconocer estos pensamientos destructivos a tiempo, que no nos están dejando dar, ni recibir todo el amor que realmente merecemos. 

Además, esto causa una montaña rusa de emociones y cambios en nuestras hormonas que nos pueden hacer sentir extrañas, creyendo que nadie nos entiende o que no somos lo suficientemente capaces de afrontar las complicaciones ¡Debemos recordar que nunca estamos solas!

Siempre podemos buscar el apoyo de las personas que nos quieren, de nuestros amigos y familia ¡también el de la psicóloga! Teniendo la seguridad de que de esta situación vamos a salir más maduras, más seguras de nuestras capacidades y de lo que realmente somos: únicas y auténticas.

Ahora sabemos que sentir tristeza es normal, nos hace humanas y debemos aceptarlo, gracias a esto ya no tratamos de ocultar cuando nos sentimos tristes, ¡hemos comprendido que estar siempre felices es imposible!

La baja autoestima, aunque puede tener un efecto parecido, es causada por la percepción que tenemos de nosotras mismas, ¡que ahora ha crecido tanto! Aunque sé que no siempre fue así. 

En este momento sabemos que sentir depresión es como ir por la vida en piloto automático, pero cuando nos sentimos de esta manera, hablamos con nuestra psicóloga y  ella nos ayuda a combatir este sentimiento, buscando cuál es la causa de este, para poder tratarlo de la mejor manera posible.

Yo del pasado, hoy hemos aprendido que necesitamos prestar atención a nuestra salud mental, de igual forma que cuidamos nuestra salud física ¡y que un psicólogo es igual de importante que un doctor! Además de ser nuestra confidente y la persona a la cual le podemos contar absolutamente todo, la psicóloga siempre está ahí para nosotras, ¡y qué bien se siente desahogarse a veces!

Hoy sabemos que para trabajar en nuestra salud mental debemos reconocer que somos vulnerables y que necesitamos de algunas personas, recursos o tips secretos para sentirnos mejor, cuando nos encontramos mal. 

Un as bajo la manga es la “caja de herramientas”. ¿No has escuchado de ella todavía?  Se trata de unos elementos esenciales para afrontar los desafíos de la vida. Por ejemplo:

  • Una pala para excavar nuestras emociones: Es importante reconocer nuestras actitudes, para así llegar al fondo de lo que nos está haciendo sentir de esta manera.

  • La llave de las conexiones: Para abrir las puertas de las personas importantes para nosotras, y siempre sentirnos bienvenidas a compartir nuestra vida con ellas.

  • Clavos de la seguridad: Estos sirven para fortalecer nuestra autoestima, trabajando todos los días poniendo un clavito nuevo, garantizamos que cada vez nos sintamos más fuertes y seguras. 

Aunque el camino no ha sido sencillo y hemos pasado por varios obstáculos, te puedo decir que hemos vivido cosas maravillosas, hemos conocido personas que nos han cambiado la vida, hemos reído, llorado, disfrutado, gritado y gozado… Toda una montaña rusa de experiencias.

También fuimos a ese país al que queríamos ir ¡Es espectacular! Aunque casi nos deja el avión - Ooops… todavía estamos trabajándole a la puntualidad.- Nos inscribimos a clase de baile, siempre dijimos que queríamos intentar ¿recuerdas? No puedo decir que somos las mejores de la clase, pero somos mejor de lo que creíamos.

Ahora tenemos otras pasiones… no te voy a decir cuáles porque sería arruinar la sorpresa, pero te voy a decir algo ¡prepárate para lo que se viene!

Te voy a dar un último consejo: ¡Tranquilízate! Sé que siempre te ha preocupado mucho todo y que es inevitable: querer saber qué vamos a hacer con nuestra vida, con el futuro, el trabajo, la familia, los amigos y el amor, pero para poder tener una vida más tranquila tenemos que dejar de vivirla con la mente y empezar a hacerlo desde el corazón.

Tú sabes que nuestra mente nos hace sobrepensar absolutamente todo, nos hace dudar de nuestras capacidades, de nuestros talentos, de la realización de los sueños, del amor que nos tienen los otros.

Nuestro corazón nos deja fluir con la vida, abrazar las oportunidades que llegan en el camino, y cuando lo escuchamos realmente sabremos… todo va a estar bien.

Espero que cuando llegues aquí, donde estoy yo, hayas seguido estos consejos, así nos podemos evitar muchos años de tristeza, y comenzar a vivir la vida al máximo. Hasta entonces, goza, sueña, grita, ríe y ama.

Atentamente,

Tu yo del futuro.

Si te sientes sola y sin ánimos durante el día ¡no te aísles! Llama a las siguientes líneas de atención para brindarte una ayuda inmediata.

Línea de atención en salud mental 

Bolivia

800 11 3040

Nosotras no se hace responsable por la atención ofrecida en esta línea telefónica.

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