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18 de Agosto
Antes de iniciar quiero compartir esta canción La Bella y la Bestia, que tocó en lo más profundo de mí, cuando apenas tenía 14 años. Ahora me doy cuenta de que realmente quería hablar o que quería transmitir esta canción.
Hoy quiero tocar una fibra de nuestras conciencias con esta canción, estoy convencida que no solo yo, quiere erradicar este problema social que es la violencia contra la mujer, niñas y adolescentes.
Para construir así, una sociedad en la que todos tengamos las mismas garantías de vida y desarrollo. Pero para lograrlo necesitamos que todos nos involucremos. Voy a confesar que está es la primera vez que hablo del tema en público, pero cada vez que tengo la oportunidad de defender a las mujeres y nuestros derechos, me he dado cuenta que el simple hecho de luchar por esto nos convierte en opositoras de los hombres y no es así.
Pero es por esta razón que parece ser un tema no popular, que quiero invitar a qué lo transmitan con otros tanto sean posibles a ser defensores del cambio. Hoy en día 1 de cada 3 mujeres denuncia haber sido víctima de cualquier tipo de violencia, pero a lo largo de la historia no existen datos que la mujer no haya sufrido nunca violencia.
Nuestra sociedad ha normalizado la violencia de género, a la vez que se ha convertido en un tema tabú la posibilidad de hablar sobre ella. Esto tiene tres consecuencias una peor que la otra.
En primer lugar, obliga a la mujer a vivir sus momentos más dolorosos en silencio como si tuvieran que sentirse avergonzadas por algo que ellas no hicieron ni pidieron.
En segundo lugar, limita profundamente nuestra capacidad de entendimiento sobre lo que es violencia.
En tercer lugar, impide que podamos hacer algo real y efectivo, pero cómo vamos a cambiar algo que ni siquiera sabemos cómo reconocerlo.
La realidad es que la única forma de entender esto, es hablando al respecto de lo contrario muchos ni siquiera tendrán la oportunidad de saber que algo que ellos consideraban una interacción normal en realidad era un acto de violencia. La única forma es rompiendo el silencio y normalizado estás conversaciones difíciles e incómodas. Nos merecemos mucho y tenemos la obligación que este problema no se extienda hacía el futuro. La invitación está hecha.
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