Mi historia con el bullying y la aceptación de mi cuerpo

Mi historia con el bullying y la aceptación de mi cuerpo

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¡Hola! Vengo a contarles la historia de mi pre-adolescencia y porque decidí escribir esto.

Cuando era chica sufrí bullying por la forma y tamaño de mi nariz; para sumarle más drama, siempre con alergia. Pasé cosas horribles, desde recibir un dibujo espantoso en la pizarra del colegio, a que también, si le gustaba a un chico, los demás le dijeran cosas como “es fea” y un sin fin de apodos.

¿Pero saben qué? Esas palabras hirientes y toda la marginación que podía recibir venía solo de un grupo de tres chicas que eran, por decirlo de alguna forma, las ¿populares? del colegio. Sí, todo venía de nosotras, las que hoy nos horrorizamos porque a alguien llamen gorda, porque obviamente cada cuerpo es un templo, un mundo. Y sí, es verdad, todas somos hermosas y siempre va a haber quien te ame como y tal cual sos.

¿Cómo lo superé? De forma triste voy a decirles que me hice una cirugía estética, ¿pero saben qué? Después no me gustaba el tamaño de mis senos. Así que hasta ahí no estaba superado.

¿Ya les dije que hace 11 años estoy en pareja? Bueno, si no se los dije ahí les va el dato. Un día, mi hoy esposo me dijo: - Gi , alguna vez te dije que te prefería como antes. Me sorprendió saber que al tipo le gusté con mi enorme nariz, ¡desde el primer día! Según él, lo que le gustó fue que yo era diferente a las demás caras.

La historia sigue, se puede decir que hasta gané varios kilos ¿se le puede echar la culpa a la cuarentena? Bueno, ahí les va otra, no solo mi nariz era enorme, sino que era muy delgada. Y acá vamos a lo lindo ¡No me importa! ¡No me importa si subí algunos kilos, o si tengo el tamaño de mis senos de una forma, o si mi nariz es muy delgada!

Desde hace un tiempo aprendí a aceptarme como soy, que los cuerpos no son todos iguales, que está buenísimo ser diferente y que quien te ama, te ama tal y como sos; y al que no le guste, que se vaya por donde vino, todo este amor por nosotras y por el prójimo debería empezar desde la escuela.

Hoy nosotras, estamos criando hijos más empáticos. Más solidarios y educados para que el día de mañana no lastimen de ninguna forma a otro, ni que se dejen herir. Yo tengo un hijo de casi 10 años. Hoy, desde hace 2 meses atrás, él sabe sobre menstruación, por dar un ejemplo: Ya que sabemos que algunas niñas pueden desarrollarse antes, ya le expliqué; que si algún día llega a ver que alguna nena que se manchó, él solamente debe acercarse y si es posible, que le debe prestar, por ejemplo un buzo o algo para que ella se pueda tapar y decirle: - Quizás no lo sepas, pero te pasó algo, tápate y anda a hablar con ya sea una docente u otro directivo.

Y mejor ni hablemos de lo hermoso que es saber que, al menos en su grupo, la mala palabra es “bullying” y que nunca se lo permitirían. Amo a esta nueva generación, mucho más empática con los pares, los animales y el medio ambiente.

Por eso, no al bullying, sí al amor. Nosotras somos perfectas para nosotras y para los ojos correctos.

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